El nuevo programa de Antena3, basado en el exitoso formato japonés Sasuke, no ha superado las expectativas de la audiencia como se puede observar en las redes sociales, y probablemente en los datos televisivos que se publicaran próximamente.
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| Presentadores de Ninja Warrior España. Fuente: MarketingDirecto |
Lejos queda el humor y los personajes tan variopintos que nos ofrecía el Ninja Warrior que pudimos disfrutar en las cadenas autonómicas (como Canal Sur o TeleMadrid). Los comentarios se reducen a simples ánimos, y las aportaciones de Manolo Lama parecen los de un partido de fútbol (o como algunos twitteros apuntan: de un partido del FIFA).
Los personajes, en su mayoría, son auténticas figuras perfectas, musculadas, y con pretensión a ganar. Aunque la realidad les lleve a caer al agua. Más que la experiencia y pasar un rato divertido, buscan presumir de su físico, o de sus historias personales, que no aportan nada y que solo causan confusión al espectador: una historia de un padre que ha sido abandonado por su pareja con un hijo con asperge, que acaba minuto y medio después eliminado, unas conductoras de bus y metro (que nada más dicen eso), o un barman que solo muestra su cuerpo. En pocas palabras: nadie se refleja entre ellos, además de no resultar divertido.
La cadena debería haber apostado por un extrovertido casting, friki, cercano, y que quiera pasar un buen rato, y mojarse, sobretodo mojarse y caerse en esos "quesitos". Porque para ser un verdadero Ninja Warrior hay que saberse reír de uno mismo, disfrutar y entretener. Y también acelerar la velocidad del programa, que resulta lento, en especial con las presentaciones (que no siempre se muestran, y que no deberían emitir por ser absurdo, cuando encima vas a caerte a los pocos segundos).
El papel de Pilar Rubio es paupérrimo, prescindible. Realmente no aporta nada. Y no será por el potencial que puede tener explicando las pruebas, las cuales ella misma podría superar como hemos visto en numerosas ocasiones en El Hormiguero.
No me resulta un formato idóneo para ver en familia, como han sido Tu Cara Me Suena o Tu Cara No Me Suena Todavía. Poco humor, personajes idílicos, comentarios pobres, e historias mezcladas que me hacen dudar de lo que busca el programa: ¿Reír? ¿Llorar?
Esperemos que pronto apuesten por Me Resbala. Que al menos sí que tiene una temática y objetivo claros: pasar un buen rato riendo con amigos o familiares. O mejor aún: un Grand Prix del Verano.
